domingo, 9 de marzo de 2014

Cómo llegar a Kayak Escobar?

Cómo llegar a Kayak Escobar?

Partiendo de la bajada de la Ruta Nacional 9, desde el ingreso a la Ciudad de Escobar, Buenos Aires, Argentina.
Dirígete hacia el nordeste en Av 25 de Mayo hacia Colón
800 metros
Gira a la izquierda hacia Mateo Gelves
400 metros
Gira a la derecha hacia Av Gral San Martín/RP 25
 
Continúa hacia RP 25
 
El destino está a la izquierda

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Travesía Kayak Escobar al Ao. Naranjo y Paraná Guazú

Travesía “Vuelta al Ao. Naranjo y Paraná Guazú”. Total 94 km



Palistas: Damiàn Ramos y Enrique Bollana


Navegamos en nuestras embarcaciones, un Asiak “ Touring” (el “NN”), y un Weir "Churrasco" (“el eternauta”).
Llevamos los elementos de seguridad recomendados: chaleco salvavidas, silbato nàutico, radio VHF y dos telèfonos celulares (aunque èstos son de limitada utilidad, ya que en la tercera secciòn pràcticamente no hay señal de celular.
El plan de navegaciòn era reabastecernos sin bajar del kayak cada una hora aproximadamente, para hidratarnos e ingerir algùn hidrato de carbono (turrones y/o fruta) y a las 4 hs aproximadamente hacer una parada de 30 min para almorzar, ya que tenìamos un càlculo de 8 hs de remada en total.


Previamente habìamos reservado lugar en la “Hosterìa del Sol”, sobre el Ao Naranjo, a 400 mts aguas abajo del Guazù.
Zarpamos de Kayak Escobar a las 9:20 AM, un poco màs tarde de lo previsto.
Llevamos provisiones tìpicas para dos dìas de travesìa, es decir:
Raciones de marcha: para 8 hs de remada aproximadamente y dos dìas.
Racionamiento:
Almuerzo dìa 1: “rapiditas” de jamòn, mozzarella, aceituna y cebolla.
Cena: carne congelada.
Almuerzo dìa 2: tarta frìa.


El derrotero sugerido por nuestro mentor Sergio Jacquemim fue hacer una vuelta “redonda”, es decir, ir por un derrotero y volver por otro.


La ida: Ao Correntino, cruce del Paranà de las Palmas, Rio Carabelas Grande, Canal 5, Ao Grande, Paranà Minì, Paranà Guazù, Ao Naranjo.


La vuelta: Ao Naranjo, Cruce del Barca Grande, Canal Arana, Paranà Minì, Canal 4, Ao Carabelas, Cruce del Paranà de las Palmas, Ao Correntino.


El Ao Correntino es un territorio muy conocido para nosotros, ya que es salida obligada hacia el Paranà o hacia el Lujàn.


El cruce del Paranà de las Palmas fue muy tranquilo, sin viento y con una corriente suave, de manera que pràcticamente no tuvimos que remontar nada para entrar al Carabelas sin pasarnos.


El Carabelas nos presentò una corriente importante. Evidentemente estaba en bajante y con buen caudal.
Tomamos el beril izquierdo para menguar los efectos y asi poder ahorrar energìa para toda la remada que nos quedaba.


Al llegar a la bifurcaciòn del Canal 5 (Canal Seoane), pensàbamos que la corriente nos ayudarìa un poco, pero no sabemos por que causa, estaba “planchado”.
A los pocos metros, cruzamos la desembocadura del Ao Pacìfico (otro de los derroteros de vueltas largas) y para nuestra sorpresa descubrimos un lugar que hasta ese momento era desconocido para nosotros: un almacèn de la margen opuesta a la boca del Pacìfico. Ben dato para reabastecerse en caso de “necesidad”. A partir de ahí debìamos prestar atenciòn para ingresar en el Ao Grande. La indicación de Sergio (y corroborado en la carta H130) fue “la segunda entrada a la izquierda”.


Pasamos las dos chatas almacèn del Canal 5, la primer boca, y a los tres km aproximadamente la segunda. Estaba bien visible.


Este Ao, del cual no nos acordàbamos el nombre, presentaba numerosos meandros (o curvas) y el agua corrìa en contra de nuestro rumbo. Tambièn empezamos a tomar interesante contacto con los zancudos, que evidenemente estàn muy a gusto… nos picaron con viento y en movimiento!!


El siguiente “punto notable” al que debìamos prestar atenciòn, es una bifurcaciòn… que, de equivocarnos y tomar la de la izquierda, harìamos un “loop” y volverìamos al Carabelas arriba del Canal 5!!!


Asi que, muy atentos, tomamos la bifurcaciòn de la derecha con rumbo al Minì arriba…
Aunque ya habìamos pasado las 4:45 hs, decidimos parar a almorzar cuando llegàranos al Paranà Minì.
Despuès de numerosas curvas… se nos apareciò un rìo majestuoso, agreste y muy correntoso.


Decidimos cruzarlo y parar de la margen opuesta. Encontramos una pesona, Alejandro, a quièn le pedimos para desembarcar y muy gentilmente accediò. Además de esto nos calentó agua para reponer en el termo...


Luego de una agradable charla con Alejandro y su hijo kevin de 9 años(quien nos contó que estaba ahorrando para comprarse un kayak!), bajamos a “el eternauta” y al “NN” al agua, con rumbo al Paraná Guazú.


Fue un trayecto de unos 4 km hasta la boca del Miní. Debo confesar que llegar al Guazú fue impactante.
Además de llegar al lugar donde las provincias se unen (me gusta más decir así a “la frontera entre Bs As y E. Rios”), es un curso de agua tremendo, impactante, inmenso, infinito...


Un botón de muestra de toda la cuenca del Paraná. Me ayudó a reforzar la idea de que este agua dulce es envidiada por cualquier país del mundo y que así como van por el petróleo a los que lo tienen en su subsuelo, no sería nada extraño que vinieran por este agua (no digo “nuestra” por que es un recurso público y del planeta). En ese momento, tuvimos el único tramo de corriente a favor real.


Fueron muy llamativas las conductas de las corrientes un tanto extrañas que observábamos... sobre todo llegando al cruce con el Rio Barca Grande.


Si el Paraná Guazu nos impactó, este cruce nos terminó de shockear... un planeta de entero de agua, infinito... majestuoso...


Cruzamos el Barca y continuamos rio abajo... sabíamos que faltaba poco. Estábamos cansados.


Un poco mas adelante, nos encontramos con una boca de entrada y al preguntar nos contaron que se llama “Ao Naranjito”, continuamos tranquilos sabiendo que estábamos en el tramo final de la ida.


Unos 6 km más adelante al fin encontramos la boca del Ao Naranjo y pudimos ver el histórico lugar llamado “Don Mario”ubicado exactamente en la intersección del Guazú y Naranjo.
Continuamos rio abajo y sobre margen derecho nos encontramos con el muelle y la playita de la Hostería isla del Sol. Primer final feliz.


Nos encontramos con un lugar muy agradable, ocupado en su mayoría por pescadores que habían salido por el fin de semana largo.
Ingresamos y nos dirigimos a la administración. Nos atendieron Patricia y Omar y sus hijos Lucía, Martín y una muy simpática Rocío, quién nos cautivó con su dulzura y afecto (Rocío es una chica de 20 años con Sindrome de Dawn).


Inmediatamente desembarcados, comenzamos a armar el campamento y a asearnos un poco. Estábamos cansados y el hambre acuciaba...


Asi que, Damián y yo arrancamos a hacer el fueguito para asar un kilo de vacío...


Comimos, charlamos con otros visitantes de la hostería y nos desmayamos...


7:00 AM estábamos arriba. Calentamos agua, tomamos unos mates, unos cereales y fruta y nos alistamos para partir.


9:00 AM estábamos aguas abajo del Ao Naranjo, paleando muy tranquilos... nos esperaban 8 hs a pura pala.
El Ao Naranjo es un hermoso curso de agua, con casas típicas de isla y mucha paz.
Para nuestro deleite, una Garza Mora nos acompañ;o en gran parte de ese trayecto, haciendo la típica rutina: te observa, cuando te vas acercando estira el cuello... te sigue observando... y al acercarte un poco más, levanta vuelo sobre el mismo curso de agua posándose unos 200 a 300 mts más adelante. Y así sucesivamente hasta que se adentra en la isla y se queda...


Continuamos aguas abajo, con un creciente buen ritmo. Llegamos al Barca Grande. Otra vez se nos abría un inmenso mundo de agua en ese caudaloso rio del delta, que desemboca aguas abajo en la zona conocida como “los bajos del temor”.


En ese momento se nos planteaba un nuevo desafío de la orientación sobre nuestra “carta”: debíamos encontrar la boca del Canal Arana, para poder llegar al Paraná Miní y de allí conectar al Canal 4.


Según la carta, la boca debía estar exactamente en linea recta de la desembocadura del Ao Naranjo, del margen opuesto del Barca Grande...
Como el Barca tiene corriente de derecha a izquierda y el agua estaba muy planchada, decidimos cruzarlo en forma perpendicular y remontarlo sobre la otra margen para encontrar la boca del Arana.


No se veia a simple vista ninguna boca de entrada del Arana...
Al llegar a la margen opuesta y comenzar a remontarlo nos encontramos con la sorpresa que la primer boca que encontramos no era el Arana. Afortunadamente habia unos pescadores y nos indicaro que la boca del Arana estaba más adelante.
No fue fácil encontrarla, ya que arranca con una curva y es por eso que desde la otra margen no se veía...


Según nuestro mentor Sergio Jacquemim, el Canal Arana “es un rompecabezas”, que nos “iba a quemar el cerebro”...


Se nota a las claras que es un curso artificial (como todos los canales), ya que es recto, geométricamente hablando.


A pesar que sus beriles son rectos y paralelos, no deja de tener su encanto. Es un curso muy transitado ya que es paso prácticamente obligado para llegar a Carmelo por el Guazú (en general las embarcaciones toman Canal Arias, Canal de la Serna, Canal 4, Miní, Canal Arana, Barca Grande y Guazú.


Con casas típicas de isla y mucha tranquilidad, llegamos aguas abajo hasta el Paraná Miní.
Sabíamos que otra vez nos esperaba un buen tramo de corriente en contra... y que corriente!


Comenzamos a remontar el Miní, con el punto notable que al pasar por Aulicino y su “mini faro” nos quedaría poco para el Canal 4 y otra vez corriente a favor.


Ya estábamos en 4:30 hs de remada... de manera que ameritaba el almuerzo.
A los pocos metros de entrar al Canal 4 y sobre margen izquierda, encontramos una hermosa playita y decidimos desembarcar.
Esta vez teníamos tarta de jamón y queso, algo de fruta y unos buenos mates.
Antes de sacarnos el cubre, ya nos habíamos rociado íntegros con repelente... y lo bien que hicimos!


Uno de los axiomas de las travesías es que “mientras se pueda, las paradas a racionar o reabastecer se deben hacer con corriente a favor”. Tiene un por que muy sólido... arrancar despues de almorzar nos llevó casi 15 minutos de palear muy suave hasta entrar en ritmo. Corriente en contra esto sería físicamente imposible...


Recorrimos el Canal 4 hasta la boca del Canal Seoane, donde teníamos otro tramo corriente en contra hasta el Carabelas. Ya era territorio conocido para nosotros. Un derrotero habitual para las salidas largas y de travesías...


Con los cálculos que llevábamos hasta ese momento, le estábamos bajando una hora al derrotero de ida... esto era gracias a estar con la mayoría de los cursos con corriente a favor.


Llegar al Carabelas fue un placer... sabíamos que nos quedaban 8 km, el cruce del Paraná de las Palmas y los 4 km del Correntino hasta Kayak Escobar.


Así fue... hasta que de a poco empezamos a sentir el viento que venía desde el sudeste (justo en contra de la corriente del Paraná de las Palmas), y los famosos “corderitos”, que indican... LICUADORA!!!


Y asi fue... pude convencer a mi compañero de remontar el Paraná, para cruzarlo con el oleaje de proa o amura del kayak y así evitar una caida al agua, con tanto cansancio encima... menos mal!


Realmente estaba muy movido, con olas grandes en el canal. Afortunadamente no nos caimos ninguno de los dos y llegamos hasta una zona donde hay buques amarrados y las aguas son mas tranquilas...


Ya sobre el Ao Correntino, que como raras veces estaba planchado, arribamos despues de 7:15 hs de remada neta.


En Kayak Escobar estaban algunos compañeros y el contramaestre Pablo Gamarra, experimentado palista y staff del grupo.


Volveremos por más travesías en el delta del Paraná, para conocerlo más y poder disfrutarlo como silenciosos visitantes y observadores.


“No se puede querer lo que no se conoce”


Hasta la próxima!


Damián Ramos / Enrique Bollana